Gestión de categorías: aumentando los beneficios de tu restaurante y tu imagen.

Para los expertos de la restauración, el asegurarse de que todo el negocio funcione sin problemas es una tarea continua. Para sacar el máximo provecho de tu oferta gastronómica siempre estás buscando una adaptación óptima al perfil del consumidor. Pero eso también significa que cada parte de tu menú tiene que funcionar y conectar. La gestión de las categorías de tu oferta puede ayudarte con eso e incluso mejorar tu imagen, así que prepárate para descubrir cómo.

Gestión de categorías: pan comido

Imagínate que tu restaurante es como una tarta y quieres asegurarte de que cada trozo se vea y sepa bien. Cada parte representa una categoría dentro de tu menú. Por ejemplo, una porción representa las bebidas, otra la proteína (carne, pescado, pollo, etc.), los carbohidratos y los postres. La gestión de las categorías  consiste en mejorar estas porciones. ¡Así la tarta en su totalidad será cada vez más grande y mejor! .

Ese es el objetivo, ya que significa que tus ingresos crecerán gracias a una gestión más inteligente de tu restaurante. En otras palabras, ¿cómo puedo sacar el máximo provecho de mi tarta?.

El concepto de la gestión de categorías tiene su origen en el comercio minorista y se aplica en los supermercados que se esfuerzan por lograr una conversión óptima dentro de un espacio limitado en los estantes. Podemos verlo como diferentes fórmulas dirigidas a perfiles de consumidores específicos. Por ejemplo, los hipermercados atienden a clientes que necesitan un poco de todo y quieren abastecerse para la próxima semana (desde un paquete de leche hasta un nuevo cortacésped), las tiendas gourmet ofrecen una selección reducida de productos de lujo y de una sola porción para ese día o ese momento... Además, tenemos también los supermercados locales tradicionales con su oferta habitual. Cada uno ha adaptado su oferta a las necesidades específicas del perfil de su consumidor.

El punto principal de la gestión de categorías es tener una óptima rotación de productos y un gran menú para crear valor añadido y máxima conversión. Te permite mejorar todos los aspectos del menú haciendo coincidir cada categoría con las necesidades de tus clientes, la identidad del restaurante y la totalidad de la oferta gastronómica.

El arte del menú

Entonces, ¿por dónde empezamos para practicar el arte de optimizar el menú de tu restaurante? Todo depende de quién eres y a quién atiendes, pero antes de aplicarlo a tu restaurante, echaremos un vistazo a la base:

  1. Investiga las expectativas de tus clientes; ¿Suelen sentarse y tomar su tiempo o necesitan un servicio rápido y opciones fáciles?... Esto te ayuda a definir el formato de tu cartera de productos.
  2. ¿Cuál es la historia de tu restaurante y qué papel juegan tus platos en ella?... Trata de tener esa historia bien definida y crea una cartera de productos que coincida con la totalidad de la experiencia. Al fin y al cabo, eres lo que comes (y lo que pones de comer). Imagínate por ejemplo la churrasquería americana donde la carne es el núcleo del negocio apoyado por ensaladas, patatas fritas y bebidas.
  3. Elabora tu menú y comprueba si coincide con tu historia, el concepto y las expectativas del consumidor. ¿Qué categorías necesitas? Están todas en su lugar? ¿Qué papel juegan en la totalidad del concepto? Piensa por ejemplo en una hamburguesería donde las hamburguesas son lo más importante y las bebidas una categoría de apoyo con un gran margen comercial.


Una vez respondidas estás 3 primeras preguntas, estamos preparados y listos para meternos en la metafórica cocina. Ha llegado el momento de iniciar tus primeros pasos en la gestión de categorías:

  1. ¿Qué categorías son las más relevantes para tu negocio? Obviamente, los platos principales son importantes para el negocio, pero ten en cuenta la posibilidad de la existencia de otra categoría que en realidad es el generador de ingresos. Si tu negocio es un bar de ensaladas, obviamente las ensaladas son el motor del negocio, pero puede que las bebidas sean las que ofrecen un margen mayor. Cada categoría juega su propio papel y necesitamos conocerlas para dirigir nuestros esfuerzos.
  2. Analiza tus categorías clave y averigua si están satisfaciendo todas las necesidades de los consumidores. Es importante que estén perfectamente adaptadas, es decir, que tu oferta sea precisamente lo que tus invitados esperan poder pedir. ¿Resulta que estás perdiendo por no tener esos pastelitos tan deseados o que hay productos de los que podrías prescindir? La gestión de categorías te ofrece una imagen coherente de como están las cosas.
  3. Por último, trata de identificar las formas de aumentar el valor de cada categoría. Tal vez puedas aumentar la rotación e introducir promociones inteligentes. O quizás el personal podría jugar un papel vital aconsejando a los comensales sobre los alimentos que mejor maridan o ¡hasta mejorar sus elecciones!

Siempre mantén una visión completa de la situación

Ahora ya sabes qué hacer, así que…¡ha llegado el momento de arrancar!.  Recuerda, se trata de la experiencia gastronómica del restaurante. Esto significa que puedes optimizar cada categoría pero sin perder de vista la identidad total. Para ofrecer una experiencia determinada, lo barato no siempre es lo mejor, así que aplica este método y empieza a mejorar la experiencia del consumidor en tu negocio. ¡Ofréceles la mejor relación calidad-precio y verás como volverán por más!

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